Ruta por el interior de Alicante. Aciertos, lluvia y errores

Recorrido: 181 km

Tiempo empleado: 6 horas y media. Como unos «pros»

Mapa: http://goo.gl/maps/QMqHX

XIII Aniversario Lobos Riders

El pasado domingo 8 de Junio se celebró el XXIII Aniversario de Lobos Riders Ilice, en la sede del club en Elche. Y no podía perdérmelo. Es mucho el cariño que he cogido al club por diversos motivos:

1. Juanfra, el presidente, es el presentador del programa de radio Sol Custom Rock. Un programa de motos y buena música que me gustó mucho en cuanto lo descubrí haciéndome radioyente habitual.
2. Lobos Riders, junto al Miltom Custom Club (de Elche también), organizan cada año en Septiembre la Ruta mototurística de Elche Oasis Mediterráneo. A la cual he asistido a sus 2 ediciones (y espero poder ir la 3ª también).
3. Desde el momento que los conocí han sido muy majetes :D. Y No sólo el presidente. Todo el club me ha tratado siempre genial sintiéndome integrado en la manada.

Así pues, a pesar de la nubosidad de aquel día, me enfundé el chaleco y salí con mi fiel sportsty rumbo a Elche.

Monfragüe en moto

 

Esta vez me apetece hacer algo distinto, y debido a ello no voy a empezar el post con una de mis habituales descripciones de recorrido y sensaciones desde Gandia hasta que llego a mi origen. Y no es porque haya dejado de sentir nada en las zonas más colindantes a mi ciudad, sino porque estaría haciendo del blog algo plano, con una estructura repetitiva en la cuál sólo tendría que cambiar ciertas palabras para generar un nuevo post. Vamos, un rollo. Y como redactor es todavía más desmotivador.

Así pues, sirviendo el párrafo de antes como preámbulo del post, vamos a dar un salto de unos 550 km atravesando la frontera de Castilla La-Mancha – Extremadura. ¿El destino? el magnífico Parque Nacional de Monfragüe.

Hacía ya tiempo que quería visitar de nuevo este parque, y digo de nuevo porque ya fui en 2013 para hacer unas prácticas de mi carrera. Creo que estuve cosa de 1 semana, tiempo suficiente para patearme todo el parque y quedarme maravillado de (como le gusta decir a los expertos) «sus valores naturales». Aunque, por desgracia, este viaje lo hicimos en Invierno, por lo que me quedé con el gusanillo de ver de nuevo el parque en una época más favorable.

Los orígenes del saludo motero. Ráfagas y V’ss

Llevas ya un tiempo en la carretera, quizás media hora, tal vez más. Has automatizado por completo tus movimientos en esa carretera que has acabado conociendo mejor que el portal de tu casa. No muestras menor interés por los vehículos que pasan a tu lado, ya sean los que te adelantan o los que pasan en dirección contraria. Tú sólo ves un flujo constante de hombres enlatados en sus coches. Gente que viaja en unas cabinas que les aíslan por completo del medio por el que están circulando. Unos coches que convierten la experiencia de viajar en algo no muy distinto a un videojuego o, para ser más exacto, un simulador que te vaya agitando según tomas las curvas.

En el lugar de la mancha…

En el lugar de la mancha, de cuyo nombre Cervantes debería acordarse, un motero que ya vas conociendo, fue a encontrarse con su Dulcinea particular. Pero no, no era de El Toboso, era de Argamasilla de Alba y … bueno, mejor vayamos por partes.

Si leíste el post de Un encuentro muy esperado, recordarás que en mi viaje a Talavera quedé prendado de la sonrisa y simpatía de una joven manchega. Ya me fue difícil en aquellos últimos párrafos describir la avalancha de sentimientos que me abrumaban. Avalancha tan súbita, devastadora e inesperada como su equivalente geológico. Pero quedó claro que aquella muchacha había impreso su huella a fuego en mí.